El primer adelanto del nuevo disco de Shego, es toda una declaración de intenciones. La primera carta sobre la mesa; suficiente para adivinar que Shego lleva una mano ganadora.
La espera se ha hecho larga pero ha merecido la pena; la banda madrileña Shego presenta ‘La fiesta’, el primer adelanto del que será su nuevo trabajo discográfico, que verá la luz en los próximos meses de la mano de Ernie Records y Altafonte. Co-producido de la mano de Asha Lorenz (integrante del grupo británico Sorry), este segundo disco supondrá sin duda un antes y un después en la trayectoria de la banda. “La fiesta” es la primera prueba de ello. Con una melodía que engancha y no suelta desde el primer acorde y una letra que invita a gritar, resulta imposible salir de este tema. Un adelanto que deja el listón muy alto. Y esto es solo el principio.
«Saliendo del metro con las medias medio rotas me miráis de arriba abajo como si fuera en bolas»
En ‘La fiesta’ se entra; pero de ‘La fiesta’ no se sale. Es una canción que suena a resurrección; viene a certificar que Maite, Raquel y Charlotte están más vivas que nunca; que su crecimiento como banda no para y que aún están muy lejos de tocar techo. Shego irrumpe con la frescura de siempre, pero con más seguridad que nunca.
«Llevo cuatro días en un bucle casi hipnótico cuatro días de empalme y tres semanas probióticos»
«La fiesta» es un tema alegre, divertido y liberador, pero no pretende romantizar los excesos. La canción nace desde el pozo, «de estar jodida, en la mierda«. De no ser capaz de salir del bucle. De vernos, o de ver a los nuestros, en el fango. Habla de estar dispuesta a reventar hasta evadirse por completo. Nada de lo que cantan suena ajeno; ellas han estado ahí y te lo cuentan, pero tú también te reconoces en ese lugar. ‘La fiesta’ es un guiño a esos amigos fiesteros que viven en el desfase permanente; porque muchas veces, la desconexión sólo se consigue con ellos.
‘La fiesta’ se presenta además con un videoclip de esos que no se olvidan. Descarado y deslumbrante. La pieza está dirigida por Max Ludson; fue rodada en Carabanchel y la escena final está ubicada en el cementerio Sacramental de San Isidro.
Director – Max Lusson
Director de producción – Álvaro Camacho
Jefe de producción – Carlos Pacheco
Ayudante de producción – Diego Sobrado
Director de fotografía – Carlos Rodil
Ayudante de cámara – Cristian Díaz
Auxiliar de cámara – Lucía Grimaldi
Montaje – Max Lusson
Color – Mario Lorente
Diseño gráfico – Javier Ghost
Una producción de Proserpa Films